Ayer se nos fue el Papa Francisco y la conmoción se hizo sentir en todo el planeta.
Porque más allá de su cargo y su figura mundial, Jorge Bergoglio tuvo gestos con Talleres que nos marcaron para siempre. Nos abrazó con su bendición en el Centenario, saludó desde el Papamóvil a un hincha con nuestros colores, y nos tendió la mano en un proyecto tan profundo como necesario: construir una cultura de paz desde el deporte.
Fue en 2017 cuando recibimos en Córdoba a los directores mundiales de Scholas Ocurrentes, José María del Corral y Enrique Palmeyro. Junto a ellos, firmamos un convenio que selló nuestro compromiso con los valores que el Papa impulsaba: encuentro, integración, educación y respeto por la diversidad.
+ VIDEO: Convenio entre el Movimiento Scholas Ocurrentes y el Club Talleres:
Aquel día quedó grabado en la historia del Club. Plantamos un olivo, que nos llegó en su nombre, en el Centro de Alto Rendimiento, símbolo universal de la paz, y lo hicimos en nombre de Francisco.
Hoy que Francisco parte hacia la Casa del Padre, lo recordamos así: sencillo, humano, cercano. Un hombre que no olvidó su paso por Córdoba, que creyó en los jóvenes y en el poder transformador del deporte. Un Papa que, aunque su camiseta fuera azulgrana, nos abrazó con la misma calidez con la que abrazaba a todos.
Gracias, Francisco. Por la carta en nuestro Centenario, por tu palabra oportuna, por el olivo plantado en nuestra casa y en tantos rincones del mundo.
En cada chico que hoy juega por la paz, sigue viva tu enseñanza. Y en Talleres, tu legado siempre va a tener un lugar.