Hoy se celebra un cumpleaños ilustre. No hace falta revisar el DNI para saber a quién. Porque hay apodos que lo dicen todo, nombres que no se explican: se sienten. Y si en Córdoba decimos La Pepona, no hay dudas. No hay confusión. Es José Omar Reinaldi y punto.
+ FOTO: Reinaldi y Maradona en La Selección:
El fútbol de Córdoba no sería el mismo sin vos, Pepona. No sólo por tus goles, tus títulos, tu melena rubia que brillaba en cada cancha, o por haber vestido esta camiseta como pocos. Es por lo que hacés sentir cada vez que tu nombre vuelve a sonar en la tribuna, en la mesa familiar, en el recuerdo de un padre a su hijo.
Sos de Talleres. De la memoria imborrable de este Club. De nuestra historia gloriosa. De la Boutique y del Kempes. De los años en que nos plantamos frente al país y dijimos: acá está Talleres. Y ahí estabas vos, liderando el grito. Goleador del Nacional 78. Campeón de la Liga Cordobesa. Referente de ese equipo que mereció tocar el cielo, y que aún sin lograrlo, nos llenó de orgullo.
Fuiste futbolista con alma de artista. Con una lectura del juego que parecía magia. Inteligente, hábil, rápido, noble. Tu pegada aún ilumina la memoria. Aquella que entró fantasmagórica en Rosario y definió sobre la hora. Aquella que hizo gritar a Labruna al cielo. Aquella que nos hizo gritar a todos, tantas veces, desde lo más profundo.
Sí, es cierto: Córdoba entera te ama. Piratas y albiazules. Pero nosotros te sentimos propio, tu Club, en donde convertiste más goles. Porque en este Club dejaste huella, fuego, esencia. Porque fuiste símbolo en tiempos donde ser símbolo no era una etiqueta: era una forma de vivir. Porque volviste, y volviste a brillar. Porque te retiraste con esta camiseta. Y porque cuando hizo falta, te calzaste el buzo de DT sin dudarlo. Porque cuando había que estar, estuviste.
Hoy cumplís años, Pepa. Pero el regalo lo recibimos nosotros. El regalo de haberte tenido, de seguir teniéndote. De poder decir, con el pecho inflado, que jugaste en Talleres. Que sos parte de esta historia. Que tu nombre está escrito en lo más alto, donde habita la leyenda y en la bandera que se luce en la Gasparini junto a otros grandes del Club.
Gracias, Reinaldi. Gracias, Pepona. Por los goles, por el fútbol, por la pasión. Por ese grito inolvidable:
“¡Ya van a ver, ya van a ver, cuando la toquen la Pepa y el Daniel!”
Feliz cumpleaños, ídolo eterno.
