En un Día del Padre cargado de emociones hubo mensajes de todo tipo en el Mundo Talleres. Uno ellos fue el de Ignacio, jugador de la Octava División del Club e hijo de uno de nuestros Campeones de la Conmebol.
La historia de Adrián «El Negro» Ávalos es profundamente emotiva. Nacido en Córdoba, se formó en nuestras divisiones inferiores y debutó en la Primera del Club en 1992. Pero fue en 1999 cuando quedó grabado para siempre en la memoria colectiva de Talleres: ese año, como parte del plantel campeón de la Copa Conmebol, escribió una de las páginas más gloriosas de nuestra historia.
+ VIDEO: Un saludo especial:
Hoy, más de dos décadas después, su hijo transita el mismo camino con la camiseta albiazul en el pecho. Y es en ese espejo donde se refleja una herencia de valores, esfuerzo y amor por estos colores. En su mensaje, Ignacio recordó con admiración los relatos de su padre, las enseñanzas y también el orgullo de haber compartido momentos únicos, como la celebración del 25° aniversario de la Copa, a bordo del Crucero de los Campeones.

Ese reencuentro con el pasado fue también un símbolo del presente. Porque para el Negro, volver al predio y ver su transformación, es reencontrarse con un club en constante crecimiento. Y para su hijo, caminar esas mismas canchas donde su papá dejó huella, es comenzar a escribir una nueva historia, con el mismo fuego sagrado.
En Talleres, el fútbol también se transmite de generación en generación. Y en cada padre que deja una marca, y en cada hijo que sueña con seguirla, late el alma de este Club.