Si hay algo que nos hace latir fuerte el corazón, es ver el arco de Talleres bien custodiado. Porque en nuestra historia, siempre supimos lo que es tener arqueros con alma de gigantes. Hoy, en el Día del Arquero Argentino, no sólo los celebramos por sus atajadas, sus reflejos o su liderazgo… También los celebramos por algo que los une de forma única en la historia ¡Son los únicos dos que gritaron goles con nuestra camiseta!

Sí, Mario Cuenca y Guido Herrera. Dos nombres grabados a fuego en la memoria del hincha. Dos arqueros que, además de defender el arco con el corazón, tuvieron la frialdad y el coraje para patear desde los doce pasos… y convertir.
Mario Cuenca
Super Mario es sinónimo de historia grande en el Club. Surgido de nuestras inferiores, debutó el 2 de noviembre de 1996 y desde entonces se metió en el alma del pueblo albiazul. Fueron 240 partidos bajo los tres palos, pero su legado va más allá: marcó 8 goles, uno de ellos de manera especial: frente a Belgrano.
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Guido Herrera
¿Y qué decir de Guido? Desde su llegada en 2016, no hizo más que construir una historia épica. El arquero con más presencias en nuestra historia, protagonista del regreso a Primera, de las noches de Copa Libertadores, de los abrazos de Selección y de un título inolvidable en Paraguay.
A fuerza de atajadas y liderazgo, Guido se ganó el cariño eterno del hincha. Pero también tiene su lugar en esta historia especial: en 2018 le marcó de penal a Olimpo. Un grito que no fue uno más, fue la demostración de que el capitán también se anima a todo.
Cuenca y Guido. Guido y Cuenca. Dos arqueros que nos defendieron con el alma y también se dieron el gusto de gritar con el alma. Porque ser arquero en Talleres no es sólo cuidar el arco: es representar nuestros sueños, nuestra historia, nuestra pasión.
¡Feliz día a todos los que se ponen los guantes con el corazón albiazul!