Hay noches que quedan marcadas para siempre en la historia. Noches que nos hacen llorar de alegría, que nos llenan el alma y nos recuerdan por qué amamos tanto estos colores. Y esta, la del 5 de marzo en La Nueva Olla, fue una de esas noches. Talleres se consagró campeón de la Supercopa Internacional tras vencer a River en los penales y alzó el primer título oficial a nivel nacional para el fútbol de Córdoba.
La hinchada copó Asunción y tiñó la ciudad de azul y blanco, porque la pasión de Talleres no tiene fronteras. Fue un partido durísimo, trabado, donde nadie pudo romper el 0-0 en los 90 minutos. Y en los penales, con el corazón en la boca, Talleres demostró su grandeza.
Y el héroe de la noche fue él, Gastón Benavídez, que con un penalazo histórico le dio al Matador una alegría inolvidable. Después del partido, entre la emoción y el cansancio, le habló al Pueblo Matador.
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“El finde fui papá, la verdad que no dormí nada y fui a jugar el partido de local que perdimos con Tigre. Pero bueno, yo creo que el fútbol siempre te da revancha y por eso HOY SOMOS CAMPEONES”.
Un fin de semana sin dormir, una derrota dura en casa, pero la vida y el fútbol le regalaron una de las alegrías más grandes de su carrera.
Y la hinchada, la más Fiel del país, la que nunca deja de alentar, también tuvo su reconocimiento por parte del Chaco. “No tengo palabras para describir el aguante que nos hacen todos los años. Jugamos de local con 50 mil personas. No estamos en un buen momento, pero yo creo que después de este trofeo, esperemos tener un envion anímico”, agregó Benavídez.
Y claro que sí, Gastón. Este trofeo es mucho más que una copa, es un impulso, una demostración de que Talleres es grande por su historias, pero gigante por su gente.
Hoy Córdoba está de fiesta, la ciudad no duerme y Talleres grita CAMPEÓN.
¡Vamos la T, carajo!
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