En este marco de extraordinarias irregularidades y de decisiones ilegítimas, autoridades de la Liga han dispuesto en los escritorios un partido que tiene como objetivo provocar el descenso de nuestros equipos amateur, los cuales jugando en la cancha, han finalizado campeones en cinco categorías y segundos en la tabla general.
Una situación que atenta contra el mejor espíritu de la actividad amateur y que vuelve a violentar libertades básicas que se suman a la discriminación contra nuestras jugadoras del equipo femenino eliminado de la competencia.
Además, la LCF intenta evitar la participación de nuestros juveniles en el máximo nivel de competencia de AFA (torneos en los cuales hemos obtenido 5 títulos en los últimos 7 años); intenta cobrar por recaudaciones inexistentes (cuando nuestros socios ingresan al Estadio sin necesidad de ningún pago adicional) y procura impedir la realización de partidos dentro de la jurisdicción de la ciudad (en una evidente decisión expulsiva).
La Justicia ya ha resuelto respaldar la posición del Club frente a situaciones que la propia LCF judicializó (aún en contra de su propio Estatuto) y sus autoridades mostraron reiteradamente su intransigencia en las mesas de negociaciones propuestas por las autoridades del deporte de la ciudad y la provincia.
La comunidad albiazul vive momentos de consolidación institucional y crecimiento deportivo que no merecen esta situación de hostilidad irracional y sistemática.
Una provocación bochornosa que es expresión de una decadencia que ya supera todos los límites.
A fuerza de asambleas extraordinariamente irregulares condicionan a los dirigentes de los clubes de la ciudad, en beneficio de unos pocos y presionan desde los escritorios desconociendo lo que ocurre dentro de la cancha, con la clara intención de disciplinar.
En defensa de los intereses institucionales y del deporte de Córdoba, mantendremos nuestros esfuerzos para un fútbol equitativo, moderno y transparente en el marco de la legalidad.