Hoy se cumplen 56 años de una de las gestas populares más icónicas de la historia argentina: El Cordobazo. Y en esa historia, los protagonistas también fueron hinchas de Talleres.
El 29 de mayo de 1969 Córdoba se convirtió en el corazón rebelde del país. Obreros, estudiantes y vecinos colmaron las calles en una protesta masiva contra la dictadura de Onganía. Fue el Cordobazo. Fue lucha, fue organización, fue pueblo. Y entre quienes encabezaron esa rebelión histórica, hubo nombres que también estuvieron siempre con nosotros, alentando por Talleres.
Atilio López
Uno de ellos fue Atilio López, “el Negro”, dirigente sindical, vicegobernador, símbolo del movimiento obrero y, por sobre todo, ferviente hincha de la «T». En cada partido, en cada charla, en cada rincón de su vida, Talleres estuvo presente. También lo estuvo cuando decidió quedarse un día más en Buenos Aires para ver a su equipo jugar contra River. Fue su última noche: la Triple A lo asesinó al día siguiente. Su amor por estos colores fue tan fuerte como su compromiso con la justicia social. Ese amor quedó inmortalizado en un mural en Barrio Jardín. A décadas de su asesinato, sus banderas siguen ondeando en cada trapo, en cada grito, en cada hincha que no olvida.
Agustín Tosco
Y si de historia hablamos, el nombre de Agustín Tosco también aparece inevitablemente. El “Gringo” fue uno de los grandes líderes del Cordobazo. Su compromiso con los derechos de los trabajadores y con una Córdoba más justa lo convirtieron en leyenda. Sobre su pasión futbolera todavía hay debate. Sus conocidos aseguran que venía a ver a Talleres y gritaba los goles con fuerza. Su hijo, Héctor, incluso llegó a decir que no tenía pruebas firmes para confirmar su simpatía por uno u otro club. Pero en los recuerdos populares, Tosco también se hizo un lugar en la tribuna albiazul.
Talleres es parte de la historia de Córdoba. No sólo en la cancha, sino también en las calles, en las luchas, en las gestas que marcaron el rumbo del país. El Cordobazo no fue solo una protesta, fue una señal. Y esa señal tuvo hinchas nuestros al frente. Porque el amor por esta camiseta no se termina en un gol. También se juega en la vida, en la memoria y en la historia.
Atilio, Tosco y tantos otros supieron llevar la azul y blanca en el pecho, en la palabra y en el corazón. Hoy los recordamos con orgullo. Porque sus nombres están grabados en las paredes de la ciudad, pero sobre todo, en el alma de este Club.
